Economía
Crónica
“Que tengan una buena temporada”
Por: Eduardo Carrizo
Trabajadores de Las Termas en Villa Gessel
Aunque en los últimos años Las Termas creció y se
generaron puestos laborales todo el año, la mayoría de la población de Río
Hondo sigue migrando en verano en busca de un trabajo. Algunos viajan en
noviembre, otros a principio de diciembre y el grueso entre las fiestas.
El primer paso
es el viaje. El precio de
un boleto en un colectivo de línea es de más de $12.000, mientras que viajar en
un colectivo “trucho” está la mitad. Le dicen “trucho”, pero sale desde la
Terminal de Ómnibus y muchas de las unidades tienen un servicio a la altura de
un oficial. “Te doy $3500 ahora y a la vuelta el resto” le dice una joven a
Juvencio. “¿Cómo te voy a decir que no mhija?” la muchacha sube al colectivo y
se va a San Bernardo donde ya están su padre y su hermano. Una joven le dice a
otra “¿cómo no le pediste el boleto a la muni?”. "No tengo contactos" le contesta.
En el trayecto algunos van viendo y cargando sus
celulares, otros leen, otros duermen, otros se van conociendo. El colectivo
para a la noche: algunos llevan bebidas y sándwiches, otros compran en el
parador; a la mañana hace otra parada en una estación de servicio, y al
mediodía comienza a ingresar a la costa. Primera parada: San Clemente, después Santa
Teresita, Villa Gessel y así hasta llegar a Mar del Plata.
Mientras se despiden,
los golondrinas se dicen: “que tengas una buena temporada” que suena como un
rezo, como un mantra.
El segundo paso
es ir al alquiler en el que los
esperan sus empleadores, familiares, amigos o conocidos. En general son habitaciones
que comparten 2, 4, 6 personas y que cada uno paga entre $2.000 y $10.000 por mes. En esos espacios reducidos hay camas
cuchetas, una cocinita, una heladerita y un baño. “La usamos para dormir nomás
porque trabajamos todo el día” explica un joven. “El baño es masomenos”
describe otro. “Pero son 2 meses nomás. Nos tenemos que sacrificar”.
El tercer paso
es trabajar: en la hotelería,
en la gastronomía, en comercios, en la playa, en las calles. A algunos los
reconoces porque en sus trincheras escuchan guaracha. El año pasado, (2021) por
la pandemia, fue una de las peores temporadas de la historia, pero la de este año
(2022) comenzó muy bien y proyectan que será una de las mejores de las últimas
décadas.
Desde que comienzan a trabajar, las y los golondrinas
no paran. 4, 5 horas a full. “Hoy nos dieron paliza” se cuentan cuando se reúnen
a la siesta. Se dan una ducha, duermen un rato y vuelven a su puesto. Marche,
lleve, y cuando miran el reloj son 2, 3 de la madrugada. No va más. Mañana será
otro día.
Algunos trabajan en el mismo lugar hace muchos años, otros comienzan en un
lugar nuevo. A algunos les pagan $1.800 por día a otros $3.000, $3.500. Algunos
trabajan en 2 lugares, otros hacen la diferencia con la propina. Un pequeño
grupo se vuelve: “me querían pagar lo mismo que en Las Termas pero aquí todo es
más caro. No me conviene”.
En este contexto, el cuarto paso
es salir ileso del covid. Porque
como dice Nely “está lleno de
gente, de trabajo, pero también de covid”. Para algunos turistas esta temporada
es como estar “yendo de la playa al hospital”. Además de la preocupación lógica
de cuidar la salud, para las y los golondrinas se suma que si se tienen que
aislar pierden días de trabajo, de pago, a menos que tengan un/a buen/a
empleador/a. Si el golondrina siente un resfrío o que le pica la garganta
piensa “no me voy a hacer hisopar, ya se me va a pasar”. Las playas y el centro
están llenas, en diferentes proporciones, los hospitales y los centros de
testeo también.
-“¿Esperaste mucho?” le pregunta una doctora a un
golondrina.
-2 horas, pero sé que están haciendo lo posible.
La médica le toma la presión, la temperatura, le mira
la garganta y la dice: “tenés faringo amigdalitis. No hace falta que te
hisopes. Toma esta medicación aquí en el Hospital te la van a dar gratis”.
El golondrina suspira aliviado.
Mientras viven todo esto, a las y los golondrinas les
llegan noticias de que Las Termas es un infierno. “Hace mucho calor y no hay
nadie. Aguantá que allá estás trabajando y estas fresquita/o” les describen y
los alientan. "Acá también está lleno de Covid".
Y es cierto. Porque allá, cuando salen del trabajo
sienten un viento fresco. Y aunque hay veces que hace mucho calor, el calor es
distinto. Más cuando se hacen un tiempo para jugar en la arena, con una ola,
pasear por la costa o por el centro. Encontrar, conocer, olvidar, retomar.
Supongamos que se fueron a la costa atlántica 10.000
trabajadore/as golondrinas. Que cada uno/a vuelve con $50.00. En total son
$500.000.000 que inyectarán a la economía de Las Termas pagando deudas, comprando
productos nuevos, construyendo o remodelando una casa, abriendo un negocio o servicio.
La economía de Río Hondo les debe mucho a esto/as obrero/as. No son sólo los
turistas los que traen recursos económicos a esta ciudad.
Muchos cuando terminan el año en una actividad laboral
se dicen “felices vacaciones”, y se van a pasear, cuando las y los trabajadores
golondrinas se van, en medio del vuelo, se dicen, “que tengas una buena
temporada”.
Un deseo, un rezo, un mantra.