Educación
Entrevista
Para sus [email protected]: Esperanza
Por: Eduardo Carrizo
“Mi papá era albañil y quería que yo fuera maestra, para que cuando el sea anciano lo ayude con mi sueldo”
Después
de 34 años de servicio docente, se jubiló Esperanza Lobo, vecina del barrio
Villa Balnearia de Las Termas. Comenzó este trabajo cuando tenía 18 años en la
escuela Rafael Obligado Nº 761, y concluyó su actividad, con 58, en la misma
institución.
“Mi
papá era albañil y quería que yo fuera maestra, para que cuando el sea anciano
lo ayude con mi sueldo” recordó. “Aunque el falleció cuando yo tenía 12 años,
su sueño me quedó marcado".
Sobre
los aspectos positivos y difíciles de su trabajo, señaló: "A veces lo que
uno siembra es lo que irremediablemente cosecha: en mi caso fue la amistad y el
respeto de mis colegas, alumnos y de sus padres”.
“Un
momento difícil en este trabajo lo viví cuando participé en la lucha docente”
evocó con otro tono de voz. “Eso me dejó lastimada, quebrantada; mis compañeros
fueron golpeados, nos despojaron del sueldo, esa situación me llevó a estar
triste, llorar pero hoy estoy más en calma".
Como
deuda pendiente, expresó que "le hubiese gustado estar más capacitada en
pedagogía para poder ayudar a los niños que tenían problemas madurativos o de
aprendizaje. Problemas que los maestros comunes no pueden alcanzar y
resolver".
Finalmente,
comentó cómo vive sus días en la actualidad: "Le doy gracias a Dios que
pude llegar con la mente clara, tranquila. Estoy haciendo muchas cosas en casa
que antes no las podía hacer porque trabajaba a la mañana y a la tarde".
Integrante
de una familia del barrio San Martín compuesta de 11 hermanos, muchas veces iba
y volvía a su trabajo en bicicleta. "Antes era verde, cuando me jubilé la
pinté de violeta".
Trabajando en las aulas, pintó el futuro de sus [email protected] con el color Esperanza.