06/04/2021

Sociales

Crónica

La importancia del diálogo para la resolución de conflictos

Por: Eduardo Carrizo
Ayer, alrededor de las 17:30, un grupo de presos se amotinaron en la alcaldía del Departamento de Seguridad Ciudadana N° 6 de Las Termas. Desde ese momento, los detenidos, sus familiares, efectivos policiales y una fiscal iniciaron una tensa negociación en la que acordaron algunas mejoras.
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Foto: NP Noticias

Desde hace un par de semanas, la plaza Manuel Belgrano se encuentra en remodelación. Es uno de los espacios verdes del barrio Sector El Alto por el que circulan locales y turistas que se encontraba descuidado. Mientras se espera que avance la obra, por la noche, se encuentra sin iluminación interna, a oscuras.  

A inmediaciones de esta plaza ubicada en un barrio semi residencial hay casas de familia, hoteles, comercios, escuelas; pero también la alcaldía del Departamento de Seguridad Ciudadana N° 6 donde se encuentran alojados 37 presos.

En una celda de este lugar encontraron muerto -con signos de haber sido golpeado- a un artesano chileno detenido por violencia de género y, en distintas oportunidades, se fugaron presos. Aunque gran parte del edificio fue remodelado, sigue siendo un lugar donde los detenidos tendrían que estar de forma transitoria y, luego, ser trasladados a un penal provincial.

Negociación

Ayer, alrededor de las 17:30, un grupo de presos se amotinaron en la alcaldía. De acuerdo a los datos que efectivos policiales le proporcionaron a Diario Panorama, “los incidentes se iniciaron tras una requisa donde los efectivos habrían detectado un teléfono celular para un recluso”. Según lo que expresan familiares el conflicto comenzó porque “en la requisa los verduguean, los maltratan, sobre todo cuando está un policía que se maneja así”.

Mientras adentro de la alcaldía los detenidos quemaban colchones; afuera se encontraban sus familiares, efectivos policiales, bomberos voluntarios, la fiscal Tania Monte Bittar. Preocupados luego de observar que trasladaban a un preso en una ambulancia, madres, padres, hermanos, esperaban las novedades que llegaron cuando la fiscal Monte Bittar les dijo que los detenidos se encontraban bien. “Los queremos ver” le contestaron, y comenzaron los reclamos.

Aunque muchos fueron los policías que trabajaron para contener y resolver la situación, el Oficial Inspector Gastón Sosa fue el negociador policial. “Me llamaron para intervenir en este motín y lo primero que hice fue aplicar un perímetro de seguridad” detalló. “pedí la presencia de la fiscal, de bomberos, de la ambulancia, y veía cómo estaba la situación de los reos”.

“Uno de los detenidos se autolesionó -siguió- pero todos los demás se encontraban bien, y comenzaron a plantear petitorios”. Entre otras medidas, los detenidos solicitaron extender el horario de visita de los familiares; que mejoren las condiciones ediclicias en las que se encuentran detenidos; y que la justicia revea y resuelva sus causas. “Se va a brindar lo que están pidiendo dentro de lo normal” aclaró Sosa. “Ya hicimos la limpieza correspondiente, se cambiaron los colchones, las cosas van a mejorar; es cierto que los presos que tienen condena deben ser trasladados a un penal, y los que tengan denuncias por maltratos contra un policía tienen derecho a denunciar”.

“Mi hermano cometió un error, pero tampoco es para que lo maltraten”

Carla fue una de las familiares de los detenidos que esperaba novedades en la plaza. “Mi hermano cometió un error, pero tampoco es para que lo verdugueen y lo maltraten. Muchos detenidos nos dicen que pasa eso sobre todo cuando está un policía que se maneja así” señaló.

“La mayoría de los que están aquí tienen adiciones, no los justifico, pero nos cansamos de pedir ayuda y mi mamá ya no sabía qué hacer y ella misma lo entregó a la policía. Pero no pueden tenerlos en esas condiciones”.

Contexto

La Constitución Nacional establece que uno de los objetivos de las cárceles es la reinserción social de la persona que ha cometido un delito. Al ser esta alcaldía un espacio de tránsito, los detenidos no reciben cursos o capacitaciones en oficios para que al salir tengan herramientas para poder insertarse de otra manera en la sociedad.

Pero esto no es algo que ocurra únicamente en este centro turístico, ya que en otras ciudades y provincias también se registran cárceles súper pobladas, precarias, donde “sólo el 21% de los reclusos recibe capacitación laboral”. De acuerdo a datos del Sistema Nacional de Estadística sobre Ejecución de la Pena, “la mayoría de los detenidos en el país ingresa con menos de 34 años (el 61%), sin empleo (41%), ni oficio (50%) y con apenas estudios primarios (63%). Durante su paso por la prisión, la mayoría no recibe capacitación laboral (79%) ni trabaja (60 %), ni progresa en su educación (48%). Este panorama explica, en parte, que el 40% de quienes están presos son reincidentes”.

Pero a una gran parte de la sociedad no le importa, considera que los presos deben estar en condiciones precarias, hacinados, golpeados, “se lo merecen por el daño que hicieron” -omitiendo que quizás algunos son inocentes o cometieron delitos menores y que, con ayuda, contención y motivación podrían ser transformados-. Quizás esa postura cambia cuando un familiar comete un error, y les gustaría que ese ser querido cumpla su condena, pero en buenas condiciones, y con la oportunidad de mejorar, de ser mejor. 
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