Sociales
Crónica
La importancia del diálogo para la resolución de conflictos
Por: Eduardo Carrizo
Foto: NP Noticias
Desde hace un par de semanas, la plaza
Manuel Belgrano se encuentra en remodelación. Es uno de los espacios verdes del
barrio Sector El Alto por el que circulan locales y turistas que se encontraba
descuidado. Mientras se espera que avance la obra, por la noche, se encuentra
sin iluminación interna, a oscuras.
A inmediaciones de esta plaza ubicada
en un barrio semi residencial hay casas de familia, hoteles, comercios, escuelas;
pero también la alcaldía del Departamento de Seguridad Ciudadana N° 6 donde se
encuentran alojados 37 presos.
En una celda de este lugar encontraron
muerto -con signos de haber sido golpeado- a un artesano chileno detenido por
violencia de género y, en distintas oportunidades, se fugaron presos. Aunque gran
parte del edificio fue remodelado, sigue siendo un lugar donde los detenidos tendrían
que estar de forma transitoria y, luego, ser trasladados a un penal provincial.
Negociación
Ayer, alrededor de las 17:30, un
grupo de presos se amotinaron en la alcaldía. De acuerdo a los datos que
efectivos policiales le proporcionaron a Diario Panorama, “los incidentes se
iniciaron tras una requisa donde los efectivos habrían detectado un teléfono
celular para un recluso”. Según lo que expresan familiares el conflicto comenzó
porque “en la requisa los verduguean, los maltratan, sobre todo cuando está un
policía que se maneja así”.
Mientras adentro de la alcaldía
los detenidos quemaban colchones; afuera se encontraban sus familiares, efectivos
policiales, bomberos voluntarios, la fiscal Tania Monte Bittar. Preocupados
luego de observar que trasladaban a un preso en una ambulancia, madres, padres,
hermanos, esperaban las novedades que llegaron cuando la fiscal Monte Bittar les
dijo que los detenidos se encontraban bien. “Los queremos ver” le contestaron,
y comenzaron los reclamos.
Aunque muchos fueron los policías
que trabajaron para contener y resolver la situación, el Oficial Inspector
Gastón Sosa fue el negociador policial. “Me llamaron para intervenir en este
motín y lo primero que hice fue aplicar un perímetro de seguridad” detalló. “pedí
la presencia de la fiscal, de bomberos, de la ambulancia, y veía cómo estaba la
situación de los reos”.
“Uno de los detenidos se
autolesionó -siguió- pero todos los demás se encontraban bien, y comenzaron a
plantear petitorios”. Entre otras medidas, los detenidos solicitaron extender
el horario de visita de los familiares; que mejoren las condiciones ediclicias en las que
se encuentran detenidos; y que la justicia revea y resuelva sus causas. “Se va a brindar
lo que están pidiendo dentro de lo normal” aclaró Sosa. “Ya hicimos la limpieza
correspondiente, se cambiaron los colchones, las cosas van a mejorar; es cierto
que los presos que tienen condena deben ser trasladados a un penal, y los que
tengan denuncias por maltratos contra un policía tienen derecho a denunciar”.
“Mi hermano cometió un error,
pero tampoco es para que lo maltraten”
Carla fue una de las familiares de
los detenidos que esperaba novedades en la plaza. “Mi hermano cometió un error,
pero tampoco es para que lo verdugueen y lo maltraten. Muchos detenidos nos dicen
que pasa eso sobre todo cuando está un policía que se maneja así” señaló.
“La mayoría de los que están aquí
tienen adiciones, no los justifico, pero nos cansamos de pedir ayuda y mi mamá
ya no sabía qué hacer y ella misma lo entregó a la policía. Pero no pueden tenerlos
en esas condiciones”.
Contexto
La Constitución Nacional
establece que uno de los objetivos de las cárceles es la reinserción social de
la persona que ha cometido un delito. Al ser esta alcaldía un espacio de tránsito,
los detenidos no reciben cursos o capacitaciones en oficios para que al salir
tengan herramientas para poder insertarse de otra manera en la sociedad.
Pero esto no es algo que ocurra únicamente
en este centro turístico, ya que en otras ciudades y provincias también se
registran cárceles súper pobladas, precarias, donde “sólo el 21% de los
reclusos recibe capacitación laboral”. De acuerdo a datos del Sistema Nacional
de Estadística sobre Ejecución de la Pena, “la mayoría de los detenidos en el país ingresa con menos de 34
años (el 61%), sin empleo (41%), ni oficio (50%) y con apenas estudios
primarios (63%). Durante su paso por la prisión, la mayoría no recibe
capacitación laboral (79%) ni trabaja (60 %), ni progresa en su educación (48%).
Este panorama explica, en parte, que el 40% de quienes están presos son reincidentes”.