Sociales
Reflexión
Morir en soledad
Por: Eduardo Carrizo
Uno de los momentos más difíciles que atravesaron las familias durante la pandemia fue no poder acompañar o despedir a seres queridos que perdieron la vida por esta enfermedad
Este lunes y martes, por el Día
de los Santos Difuntos, decenas de familias de Las Termas visitarán el
Cementerio Municipal de las Termas. Durante estas jornadas, el predio se
encuentra abierto en horario extendido de 6:00 a 24:00 y los vecinos asisten a
recordar a sus familiares o seres queridos con flores, velas, amores, dolores,
gratitudes.
El cementerio es una manzana que
tiene diferentes sectores. En una zona se encuentran monumentos, en otra los
nichos, los angelitos, y un lugar gratuito cedido a familias de bajos recursos.
En este espacio también se encuentran los restos de las personas que murieron
por Covid 19 y turistas que paseaban por la ciudad y que perdieron la vida
durante su estadía en esta localidad. Como se encontraban solos, y no se pudo identificar
o contactar a sus familiares, son espacios que nadie visita.
Un vecino que trabaja en un hotel
recordó uno de estos casos: “una vez vino un grupo de Bahía Blanca. El hombre
comía solo, y no quería que entraran mucho a su habitación ni para hacer la
limpieza. El último día comienzan a subir al colectivo y se dan cuenta que
faltaba uno. Lo buscan por todos lados y lo encuentran sin vida en la pileta. Como
a Las Termas vienen muchos adultos mayores, una vez cada tanto pasan estos
casos. Pero este me sorprendió porque nadie pudo identificar o contactar a sus
familiares.”
“En esos casos, que son muy
pocos, -aclaró Eliana Lazarte, encargada del Cementerio- la justicia nos ordena
que le demos un espacio en la zona gratuita”.
“En ese lugar -siguió- también
están los restos de personas que fallecieron con coronavirus. Por el protocolo sanitario
de esta provincia sus restos quedan de forma permanente ahí a menos que sus
familiares nos aseguren que los mueven para ser cremados”.
Uno de los momentos más difíciles
que atravesaron las familias durante la pandemia fue no poder acompañar o
despedir a seres queridos que perdieron la vida por esta enfermedad. En
contraste, “en esta zona también hay personas de Las Termas que murieron
solitos y que no se pudo contactar a sus familias” agregó Lazarte.
Aunque las circunstancias son
distintas, llama la atención ese contraste: por un lado hay gente que
quiso despedir a sus seres queridos y no pudo, y por otro hay gente que murió
en la total soledad.
¿Cuál será la historia biológica,
social, de cada uno de ellos? ¿Por qué terminaron en esa soledad o la eligieron?
¿Qué hacemos para vivir acompañados, para tener en nuestros últimos instantes
de vida alguien que nos cuide y nos sostenga la mano y nos diga adiós, alguien
que nos recuerde con una vela, con una flor cuando ya no estemos? ¿Importa?
Reflexionando sobre el turista
del hotel, el vecino expresó: “Quizás se trató de una persona que no supo
generar lazos familiares, sociales, para que ellos hicieran algo por él. Se fue
de esta tierra sin dejar más rastros que el cuerpo que se va desintegrando”.
Cien años de soledad
En los otros sectores del
cementerio también hay monumentos, bóvedas o nichos que tienen un aspecto solitario.
Otros reciben visitas todos los domingos, y muchos tienen un mantenimiento
estable. Por esta situación, Eliana recalca: “les pedimos que mantengan sus
espacios, nosotros nos encargamos de limpiar los pasillos y el predio, pero
cada familia tiene que hacerse cargo del lugar que alquila”.
Cabe recordar que los terrenos de
esta institución son de dominio público y las familias tienen concesiones por
determinados períodos de tiempo que, cumplido el plazo, deben renovar. Para
tener un espacio se paga un canon de mantenimiento anual y permisos para hacer
refacciones.
Cuando
Gabriel García Márquez ganó el premio nobel por su libro “Cien años de
soledad”, brindó un discurso en Estocolmo, Suecia, donde reveló que consideraba
que los pueblos colonizados, despojados de sus dioses, sin casas, escuelas u
hospitales, son pueblos “solos”.
Por esta razón creía que los latinoamericanos debíamos crear una “nueva y arrasadora utopía… donde de veras sean ciertos el amor y la felicidad…donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre, una segunda oportunidad sobre la tierra”.