12/03/2022

Sociales

Entrevista

Melodías de una mujer que se animó a hacer música

Por: Eduardo Carrizo
Fue la primera mujer egresada de la Escuela Técnica de Las Termas, y una de las primeras en hacer y enseñar música. “Antes me decían ¿una mujer me va a enseñar a tocar la guitarra?, ¿una mujer va a tocar el bajo o la batería?”.
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"Eran otros tiempos –evocó- y me acuerdo que cuando comencé un hombre me decía “¿una mujer me va a enseñar a tocar la guitarra?"

A principios de la década de 1980, la mayoría de la sociedad consideraba que las escuelas técnicas eran para varones porque en sus aulas-talleres se aprendía sobre construcción, electricidad, electromecánica, todas actividades supuestamente de hombres.

Aunque con el tiempo eso fue cambiando, en la actualidad las mujeres siguen representando una minoría en este tipo de establecimientos educativos y apenas un tercio del total de alumnos.

Por aquellos años, en Las Termas, funcionaba la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 1 (ENET  Nº1) hoy Escuela Técnica Nº7. Aunque la mayoría de sus familiares se oponían, Claudia Gramajo quería estudiar en esta casa de estudios. “Mi abuela me apoyó y me inscribí porque yo quería ser arquitecta” recordó en diálogo con el programa radial "Toma mate y asesorate". “Eran 80 varones y yo la única mujer, la número 81, y fui la primera mujer egresada de esta institución. Tengo un lindo recuerdo porque aunque eran todos hombres, nunca nadie me faltó el respeto”.

Terminó sus estudios secundarios con el título de “maestra mayor de obra”, y se inscribió en la carrera de arquitectura en Tucumán. Por la situación económica, a fines de los 80´ se produjeron muchos paros docentes y un período se definió como no lectivo. Como también le gustaba la música, al siguiente se anotó en la Tecnicatura en Sonorización carrera que, con el tiempo, terminó.

Este título la habilitó para trabajar en la Escuela Superior de Enseñanza Artística Nº 3 donde lleva 27 años como docente. Como profesora de música le enseñó  a cientos de niños, jóvenes y adultos de Las Termas. “Eran otros tiempos –evocó- y me acuerdo que cuando comencé un hombre me decía “¿una mujer me va a enseñar a tocar la guitarra?” y después “¿una mujer va a tocar el bajo, la batería?” Los instrumentos no tienen género. Y me alegro que muchas chicas que pasaron por la institución finalmente se animaran a tocar lo que quisieran”.

Pero además de romper estos moldes, Claudia también luchó contra la obesidad mórbida y las “bromas” por su peso. “Hice miles de dietas con muchos nutricionistas pero yo fracasaba. Hasta que me pasaron 2 cosas que me llevaron a tomar una decisión”.

“Una vez –relató- no pude subir a un escenario para acompañar a mis alumnos más pequeños, y otro día fui a comprar a una carnicería en mi moto y un hombre de sombrero alado se burló de mí diciéndome: “pobre moto, todo el peso que aguanta” y todos los que estaban con él se rieron. Tomé coraje, me bajé de la moto y le dije: “señor qué daño le hice yo para que usted me lastime así”. Y hubo un silencio, pero el dolor nadie me lo quita”.

Finalmente, Gramajo se realizó una cirugía denominada manga gástrica que acompañó con un cambio total de hábitos. “Me operé para tener una vida saludable, pero lamentablemente siempre hay gente que se burla de otro por su apariencia física, por eso como docente no permito que un alumno se burle de nadie por ningún motivo”.

“Soy una mujer –finalizó- que logró cumplir sus sueños, y aunque no siempre se gana en la lucha, de lo perdido también se aprende y a mí me gusta aprender”.   

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