Sociales
Entrevista
Melodías de una mujer que se animó a hacer música
Por: Eduardo Carrizo
"Eran otros tiempos –evocó- y me acuerdo que cuando comencé un hombre me decía “¿una mujer me va a enseñar a tocar la guitarra?"
A principios de la década de 1980,
la mayoría de la sociedad consideraba que las escuelas técnicas eran para
varones porque en sus aulas-talleres se aprendía sobre construcción,
electricidad, electromecánica, todas actividades supuestamente de hombres.
Aunque con el tiempo eso fue
cambiando, en la actualidad las mujeres siguen representando una minoría en
este tipo de establecimientos educativos y apenas un tercio del total de
alumnos.
Por aquellos años, en Las Termas,
funcionaba la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 1 (ENET Nº1) hoy Escuela Técnica Nº7. Aunque la mayoría
de sus familiares se oponían, Claudia Gramajo quería estudiar en esta casa de
estudios. “Mi abuela me apoyó y me inscribí porque yo quería ser arquitecta”
recordó en diálogo con el programa radial "Toma mate y asesorate". “Eran 80 varones y yo la única mujer, la número 81, y fui la primera
mujer egresada de esta institución. Tengo un lindo recuerdo porque aunque eran
todos hombres, nunca nadie me faltó el respeto”.
Terminó sus estudios secundarios
con el título de “maestra mayor de obra”, y se inscribió en la carrera de
arquitectura en Tucumán. Por la situación económica, a fines de los 80´ se
produjeron muchos paros docentes y un período se definió como no lectivo. Como
también le gustaba la música, al siguiente se anotó en la Tecnicatura en
Sonorización carrera que, con el tiempo, terminó.
Este título la habilitó para trabajar
en la Escuela Superior de Enseñanza Artística Nº 3 donde lleva 27 años como
docente. Como profesora de música le enseñó
a cientos de niños, jóvenes y adultos de Las Termas. “Eran otros tiempos
–evocó- y me acuerdo que cuando comencé un hombre me decía “¿una mujer me va a
enseñar a tocar la guitarra?” y después “¿una mujer va a tocar el bajo, la
batería?” Los instrumentos no tienen género. Y me alegro que muchas chicas que
pasaron por la institución finalmente se animaran a tocar lo que quisieran”.
Pero además de romper estos
moldes, Claudia también luchó contra la obesidad mórbida y las “bromas” por su
peso. “Hice miles de dietas con muchos nutricionistas pero yo fracasaba. Hasta que
me pasaron 2 cosas que me llevaron a tomar una decisión”.
“Una vez –relató- no pude subir a
un escenario para acompañar a mis alumnos más pequeños, y otro día fui a comprar
a una carnicería en mi moto y un hombre de sombrero alado se burló de mí
diciéndome: “pobre moto, todo el peso que aguanta” y todos los que estaban con
él se rieron. Tomé coraje, me bajé de la moto y le dije: “señor qué daño le
hice yo para que usted me lastime así”. Y hubo un silencio, pero el dolor nadie
me lo quita”.
Finalmente, Gramajo se realizó
una cirugía denominada manga gástrica que acompañó con un cambio total de
hábitos. “Me operé para tener una vida saludable, pero lamentablemente siempre
hay gente que se burla de otro por su apariencia física, por eso como docente
no permito que un alumno se burle de nadie por ningún motivo”.
“Soy una mujer –finalizó- que logró cumplir sus sueños, y aunque no siempre se gana en la lucha, de lo perdido también se aprende y a mí me gusta aprender”.