Sociales
Caso
Después de 21 años, un joven de Las Termas pudo recuperar su identidad
Por: Eduardo Carrizo
Facundo Suárez Torres
En Córdoba, con confianza y
picardía, sus compañeros de Rugby le decían “Natalia-Natalia”. Pero ¿cómo llegó
este joven de Las Termas a Rio Cuarto? ¿Por qué sus compañeros de equipo le
decían así?
La respuesta es una historia
larga. Facundo Sebastián Suárez Torres habría nacido en 1995 en Las Termas. A
los seis meses, su madre lo abandonó. Hasta los 2 años vivió con su viejo, pero
a mediados de 1997 lo alojaron en el Hogar de Niños Eva Perón.
Vivió en este alojamiento 9 años.
Allí dormía, desayunaba, almorzaba, cenaba, pero también recibía palizas. Su
rutina transcurría del Hogar de Niños a la Escuela Fuerzas Armadas Nº 763.
Algunas veces, con su hermano o con sus amigos, se escapaba pero después los
encontraban y los regresaban.
A los 11, cuando comenzaron a
remodelar el establecimiento local, lo trasladaron al Hogar de Niños de
Santiago del Estero. Allí, según su denuncia, habría visto maltratos, abusos y
sospecha que habría sido víctima del tráfico de órganos. “Una noche, el
director me sacó y me llevó a un Hospital” relató. “Me dijeron que me iban a
hacer unos estudios, unos chequeos. Internado, escuché que el director y el
médico hablaban de una operación, le pregunté a una enfermera pero me dijo que
era un control, que me quedara tranquilo. Me llevaban de una sala a otra y me
dormí, cuando me desperté, me levanté dolorido y me dijeron que era por la
anestesia. De ahí me quedó una cicatriz. Nunca le preguntaron o le avisaron a
mi padre antes de internarme, y después lo hicieron firmar algo a él, que no
sabe leer ni escribir, pero no le dieron la historia clínica. Desde ahí yo
sospecho que fui víctima del tráfico de órganos, pero hasta el momento no me
hice un chequeo”.
Después de ese incidente, Facundo
volvió a vivir con su padre en el barrio Salitre. A los 16, comenzó a luchar
para conseguir el documento que nunca tuvo. “Me pusieron trabas en el Juzgado,
en el Registro Civil me tuvieron con vueltas, y en Derechos Humanos nunca me
ayudaron. Igual seguí luchando, porque desde que nací que no tuve documento”. Durante
ese tiempo, ayudaba a su padre que trabaja como vendedor ambulante, a su tío
que trabajaba en la construcción, y en sus ratos libres jugaba al fútbol y al
rugby.
En agosto del año 2015, periodistas
cordobeses contaron la historia de un vagabundo al que apodaron el “hombre del
árbol” porque no tenía casa, ni familia. Por las fotos, y haciendo contactos,
se descubrió que esa persona era tío de Facundo y la noticia trascendió a nivel
nacional. Con su padre y sus primos, Facundo viajó a la provincia cordobesa. En
Rio Cuarto se quedó a vivir en la casa de una de las personas que los había
ayudado a contactar a su tío.
Otra familia que descubrió su
historia, le abrió las puertas de su hogar y se quedó a vivir en el lugar.
Trabajaba en la construcción y jugaba al Rugby. Allí, en broma, sus compañeros
le decían “Natalia-Natalia” porque era un “N-N” sin documento.
Los periodistas y los medios
cordobeses contaron su historia, y el Director del Registro Civil de Río Cuarto
se trasladó a Santiago del Estero. De esta manera movilizó a la Dirección del
Registro Civil de la Provincia, y este mes le entregaron su D.N.I.
“Ahora siento que recuperé mi
identidad. En julio volví: estoy con mi familia en el barrio Salitre, quiero
terminar la primaria, la secundaria, estudiar, trabajar. Hacer una vida normal”.